viernes, 7 de enero de 2011

¿Seré Humano?

Hoy como todas las mañanas arranqué mi día escuchando la radio, todo transcurría en un día normal, con música y un poco de información. Ente los temas del día estaban como siempre las incorporaciones de los equipos de fútbol, cuando de repente en una comunicación Julio Piumato este comentaba sobre una situación en ramallo sobre condiciones infrahumanas de trabajo.
En una estancia de Ramallo, ubicada en el kilómetro 195 de la ruta 9, se encontraron unas 120 personas que estaban siendo victimas de la explotación a que los sometía una multicional SUGAS AGER S.A a trabajo esclavo según informo el representante de Derechos Humanos de la CGT, estas personas, la mayoría provenientes de la provincia de Santiago del Estero, vivían una parte en un galpón que tenía piso de tierra, sin ventilación, ni siquiera una ventana y para peor no podían salir del lugar por que en el "contrato que habían firmado" no se les permitía abandonar el lugar. La otra parte no solo que no tenía ventilación, si no que era una especie de carpa gigante, además que sin refrigeración para mantener sus alimentos. Como si esto fuera poco se encontró también grandes cantidades de Glifosato, químico de alto riesgo, al alcance de los trabajadores que en gran parte eran menores.

Desde que comencé a conocer políticas de derechos humanos intenté apoyarlas con todo lo que estuviera a mi alcance, pero a partir de hoy pido que se le cambie el nombre. Solo derechos quedaría bien. Porque esas personas que estaban sufriendo las pésimas condiciones de vida, si se le puede llamar condiciones, fueron impuestas por otras personas!
Si detrás de esto hay "personas" o mejor dicho "humanos", que son padres, hijos, primos, amigos. Sinceramente no me entra en la cabeza ¿como puede ser que haya personas que hagan esto a otras personas?, dudo mucho que yo tenga algo que ver con estas "personas", por mas que la genética me diga una y mil veces que somos iguales, lo dudo mucho.
Por lo menos espero que hagamos una condena social, ya que seguramente el o los responsables de esta despiadada acción no irán presos.

TODOS FUIMOS, TODOS SOMOS, TODOS PODEMOS SER.



Seguramente hoy tendremos muchas preguntas para hacernos... iba a poner como personas, pero mejor no aclaro por que oscurece...

martes, 4 de enero de 2011

BARREDAS WAY

El 15 de Noviembre el Doctor Ricardo Barreda tomaba una escopeta de un armario al que había ido a buscar un tijera para podar un árbol y con ésta terminaba con la vida de sus hijas, su mujer y su suegra que según el mismo Ricardo era la causante de todos sus problemas.

Luego de haber asesinado a toda su familia decidió armar una escena de robo para quedar libre de todo cargo y culpa. Se fue de su casa, paso por un zoológico, fue al sementerio a "visitar" a sus padres y luego junto a su amante Hilda Bono, fue a pasar el rato a un hotel alojamiento.

La jugada no le salio nada bien, por mas que intentó disfrazar la escena no lo pudo hacer, el comisario de la seccional donde realizó la denuncia no le creyó y le ofreció otra posibilidad, esta fue la que intento tomar pero no le salio. Para mas info del asesinato pinche aquí.




Me sorprende nuevamente como en los medios de comunicación se asombran de la posible liberación de Ricardo Barreda, tanto en los noticieros como en Twitter, Facebook, etc.


Ahora si como sociedad lo juzgamos, el tuvo un juicio como corresponde y fue condenado a prisión perpetua. ¿Por que nos resistimos a que pueda quedar en libertad? Pienso que deberíamos preocuparnos porque las leyes cambien si no nos gustan y no enojarnos con los protagonistas. No nos olvidemos que estas mismas leyes son las que nos "amparan" cuando quedamos indefensos... todos fuimos, todos somos, todos podemos ser....

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sobre Videla...

En la mañana de hoy y la de ayer, encontré en la opinión de la gente mucho disgusto por las declaraciones del genocida Videla. ¿Qué es lo que nos llama la atención? Una persona que imaginó un país sin gente que cuestione, o que tenga una idea diferente a la suya, y para peor, se le ocurrió que lo mejor era exterminarla. SI! exterminarla! Por más duro que suene, este hombre tuvo estas prácticas en mi país y todavía nos llama la atención sus declaraciones.

Creo que como pueblo todavía nos falta madurar mucho, dejar de sorprendernos de esas cosas. O alguno de nosotros pensó o creyó que este genocida en algún momento iba a arrepentirse de lo que había hecho. No, de ninguna manera. Este hombre va a pensar así para siempre, es muy cobarde como para intentar hacer una reflexión; tan cobarde que en lugar de combatir como un militar, torturaba mujeres atadas. Para este tipo de lacra, combatir es eso. ¿Qué pensará un verdadero soldado de esto? Para este señor, la "guerra" fue justa. Para mí no! y eso es suficiente para este periodista. Ahora sí, no dejemos que esto se olvide por que como siempre digo: la historia se repite cuando se olvida.

Intentaré no olvidar. Cada uno tiene una postura tomada sobre esto. No aconsejo nada, sólo digo lo que yo haré; no olvidaré. En este caso no perdonaré, esperaré que vaya preso simbólicamente y que la naturaleza se encargue de él.

Black Sheep.

martes, 23 de noviembre de 2010

Los grises...

Durante mucho tiempo estuve en la duda si existían los grises en lo cotidiano, entonces comencé a relacionarlo con ello. Principalmente lo busqué en el deporte, que fue mi estar durante mucho tiempo, y descubrí que no existía el gris ahí. Un deportista que es gris no brilla, hace las cosas a medias, resta en un equipo, y por lo general termina siendo excluido de un equipo.

Luego lo puse en practica en el trabajo, que de las cosas que hago me parece la menos natural, no porque no la pase bien, si no porque lo hago por "obligación" y allí encontré un pequeño gris. El gris de sonreír a un cliente cuando no se tienen ganas o saludar a compañeros con el que no se comparte nada más que eso... el trabajo, pero como lo hago sin ganas no lo tuve en cuenta.

Entonces lo puse en practica en el amor, que sin lugar a dudas es lo más importante que le pasa al ser humano en su vida, y no pude encontrar ni un solo gris. No sólo en el amor de pareja, si no en el de los padres, de los amigos, de nuestros animalitos, que no me gusta llamarlos mascotas por que en mi caso no lo son. Allí si alguien conoce relaciones de amor grises, saben que en algún momento esto se corta, o se termina de alguna manera.

Las conclusiones las sacán los que leen, y obviamente si hay alguien que piense lo contrario me gustaría que lo comparta.

The Black Sheep.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Funcionará? Robeto Arlt

El gran Roberto Arlt siempre tan crudo como la realidad.

¿QUIERE SER USTED DIPUTADO?


Si usted quiere ser diputado, no hable en favor de las remolachas, del petróleo, del trigo, del impuesto a la renta; no hable de fidelidad a la Constitución, al país; no hable de defensa del obrero, del empleado y del niño. No; si usted quiere ser diputado, exclame por todas partes:
-Soy un ladrón, he robado... he robado todo lo que he podido y siempre.


ENTERNECIMIENTO


Así se expresa un aspirante a diputado en una novela de Octavio Mirbeau, El jardín de los suplicios.
Y si usted es aspirante a candidato a diputado, siga el consejo. Exclamé por todas partes:
-He robado, he robado.
La gente se enternece frente a tanta sinceridad. Y ahora le explicaré. Todos los sinvergüenzas que aspiran a chuparle la sangre al país y a venderlo a empresas extranjeras, todos los sinvergüenzas del pasado, el presente y el futuro, tuvieron la mala costumbre de hablar a la gente de su honestidad. Ellos "eran honestos". "Ellos aspiraban a desempeñar una administración honesta." Hablaron tanto de honestidad, que no había pulgada cuadrada en el suelo donde se quisiera escupir, que no se escupiera de paso a la honestidad. Embaldosaron y empedraron a la ciudad de honestidad. La palabra honestidad ha estado y está en la boca de cualquier atorrante que se para en el primer guardacantón y exclama que "el país necesita gente honesta". No hay prontuariado con antecedentes de fiscal de mesa y de subsecretario de comité que no hable de "honradez". En definitiva, sobre el país se ha desatado tal catarata de honestidad, que ya no se encuentra un solo pillo auténtico. No hay malandrino que alardee de serlo. No hay ladrón que se enorgullezca de su profesión. Y la gente, el público, harto de macanas, no quiere saber nada de conferencias. Ahora, yo que conozco un poco a nuestro público y a los que aspiran a ser candidatos a diputados, les propondré el siguiente discurso. Creo que sería de un éxito definitivo.


DISCURSO QUE TENDRIA EXITO

He aquí el texto del discurso: "Señores:
"Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a `acomodarme' mejor.
"Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas; no, señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuir al trabajo de saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado.
"Robar no es fácil, señores. Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden, señores. En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente". Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas en el actual momento histórico y trascendental. Y créanme, señores, yo seré un ladrón, pero antes de vender el país por un plato de lentejas, créanlo..., prefiero ser honrado. Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado.
"Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar. Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar. Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré el Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines... ¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes. Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio "ipso facto" a mi candidatura...
"Piénsenlo aunque sea un minuto, señores ciudadanos. Piénsenlo. Yo he robado. Soy un gran ladrón. Y si ustedes no creen en mi palabra, vayan al Departamento de Policía y consulten mi prontuario. Verán qué performance tengo. He sido detenido en averiguación de antecedentes como treinta veces; por portación de armas -que no llevaba- otras tantas, luego me regeneré y desempeñé la tarea de grupí, rematador falluto, corredor, pequero, extorsionista, encubridor, agente de investigaciones, ayudante de pequero porque me exoneraron de investigaciones; fui luego agente judicial, presidente de comité parroquial, convencional, he vendido quinielas, he sido, a veces, padre de pobres y madre de huérfanas, tuve comercio y quebré, fui acusado de incendio intencional de otro bolichito que tuve... Señores, si no me creen, vayan al Departamento... verán ustedes que yo soy el único entre todos esos hipócritas que quieren salvar al país, el absolutamente único que puede rematar la última pulgada de tierra argentina... Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamento en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad es que no hay justicia, señores..."
Con este discurso, la matan o lo eligen presidente de la República.


lunes, 27 de septiembre de 2010

Como ver las cosas de otra manera.

Este video lo rescate de un Twett que vi y me parecio muy interesante. Es para ver las nuevas maneras de comunicarnos desde una mirada diferente. Espero que les guste y al que le interese mi cuenta de Twitter es @T4TIRRI.








Saludos.

viernes, 6 de agosto de 2010

Devolviendo un poco.


Introducción.

Pescador desde que tiene uso de razón e hijo de pescadores, Faustino Pedro Altamirano me contó una tarde sobre una de aquellas anécdotas que te pintan una imagen visual a la par del avance del relato. En este caso, una anécdota de cuando él era joven y acompañaba a su padre en su labor diaria: la pesca.

Una mañana húmeda como tantas a la orilla del río Paraná, partió el bote de los Altamirano hacia la isla que se encuentra frente a la ciudad de Rosario, a hacer lo que estaban acostumbrados a hacer, ‘pescar para parar la olla’ como ellos dicen. Son una familia constituida por cinco hermanos, padre y madre. Viven en la zona Norte de la ciudad y tienen por vecino nada menos que al río Paraná.

Esa tarde el viaje comenzó como siempre, a remo. En esa época no había motores tales como hay ahora, o por lo menos estaban prohibidos por el ministerio de agricultura y pesca y, más que nada, por el bolsillo. El aroma del río ese día era diferente al de todos los días, Faustino sentía que había algo distinto. El trayecto era siempre el mismo, hasta la mitad del río remaba José, y luego de la mitad hacia adelante lo hacía Faustino mientras su papá preparaba las redes para poder trabajar. Cuando José estaba terminando de recoger las redes, le comentó a su hijo que había notado algo raro en el aroma del río pero Faustino distraído no le prestó mucha atención a esto.

Desde que él tiene memoria, siempre se vio rodeado de pares tal cual era él, andando por el mar todos juntos, comiendo de lo mismo y navegando siempre en contra de la corriente. Un día como cualquier otro, la misma rutina, la misma comida, un remolino muy grande dispersó a todos. Sólo zumbidos, tierra por todos lados y él ciego, sin nada para ver y para colmo, solo y asustado. No podía ver a nadie que lo guíe en el camino. Sólo remolinos que lo llevaban de un lugar a otro. Fuerte como siempre, él resistió hasta que no pudo luchar más con las embestidas de las corrientes y se dejó llevar. Perdió el conocimiento y de un momento a otro, como si hubiese despertado de un sueño, el agua se comenzó a aclarar, pero lo que más lo inquietaba era el no poder encontrar a ningún par del cardumen con el que venía compartiendo el trayecto.

Llegaron al lugar indicado donde José decía que había pescado en una oportunidad un dorado de 15 kilos. Prepararon las redes y las arrojaron al río. Como era de costumbre, José y Faustino mataban el tiempo tomando unos amargos que cebaba José con mucho empeño y precaución de no mojar más allá de la bombilla, ya que si esto pasaba con uno de sus mates, se molestaba y dejaba de tomar. Además de los mates, ellos jugaban al truco, juego nacional se podría decir en argentina y entre pescadores más todavía. A medida que iba transcurriendo el día, levantaban las redes y la cosecha no era de la mejor. Tampoco es que un día de mala cosecha iba a arruinar la calidad de los Altamirano ni mucho menos, sólo que llamaba la atención la baja cantidad de pescados de ese día. Entre tanto desencanto, se terminaron las partidas de truco y seguido de esto, el mate con gusto a río. De más no está decir, que hasta el día de hoy los pescadores del río Paraná toman su mate con agua extraída del río directamente. Entonces, para pasar el tiempo, Faustino encarnó con pan y leche como le había enseñado un amigo de la pesca.

El salmón navegó casi a ojos ciegos por muchos lugares pero decidió que esta vez, al contrario de lo que acostumbraba, navegaría a favor de la corriente en busca de algún cardumen de su especie. Alimentándose de algas nunca antes vistas por él, con un gusto diferente, el ambiente tenía otro aspecto, otros olores y por sobre todo tenía un ancho determinado. Este lugar por el que estaba él navegando, no era el que acostumbraba, sino que era un río. Fue dándose cuenta porque en un momento vio a varios especímenes que pertenecían a este lugar, y como le habían dicho en varias oportunidades, todo río termina en un mar; y hacia ahí él se dirigía.

Siempre soñó con pescar un Dorado de más de 15 kilos porque creía que eso lo haría un mejor pescador. Mientras miraba como el sol se ponía en el centro del cielo mientras dormitaba, ‘picó, picó’, le dijo José. Este se levantó tan rápido como pudo, pensando en ese dorado de más de 15 kilos. Cuando puso la atención en la caña, ‘sólo era un pequeño pique’, le dijo a su padre. Casi sin prestarle atención al pique, lo sacó del río el anzuelo y ahí fue cuando vio algo que nunca había visto; una especie de pez que no había visto jamás. Por un momento se imaginó mostrándoselo a todos sus amigos, como un trofeo, pero en cuanto posó la mirada sobre la cara de su padre, supo que había algo especial en ese pez.

Mientras navegaba por el río, ahora que ya sabía por dónde iba, buscaba como alimentarse y observaba asombrado las tremendas diferencias que había con el mar. Mientras pensaba en lo incierto que era su destino, de repente le llamo la atención un aroma muy particular que casi hipnotizó todos sus sentidos; una especie de alga muy mullida esperaba ser comida por él. Mientras saciaba su hambre sintió que quedó atrapado; algo se había hincado levemente en su boca. Intentó moverse para poder zafar, pero sintió que con su desesperación sólo empeoraba la situación. De repente, lo más doloroso… un terrible tirón lo dejo en otro plano.


A medida que él miraba al pez, la cara de José se transformaba cada vez más. Le dijo que era un pez de mar, muy rara vez visto en el río Paraná, y más por esta zona del río; era un Salmón. Mediano él, José le dijo que si lo colgaba durante un día, se pondría rosado y tendría un gusto especial; era el pescado que comía la gente de la alta sociedad. Sintió una ternura especial por ese pez, si hubiese tenido una cámara de fotos hubiese sacado varias. Cuando miró al pez, sintió que lo debía devolver al río. Su padre inmediatamente le vio la intención y le dijo que era una decisión personal, que si lo llevaba iba a tener la envidia de todos los compañeros durante mucho tiempo. Lo pensó un minuto y sin decir nada lo devolvió al río. José solamente sonrió. En ese momento, recordó que su padre le había dicho en una oportunidad que al río no siempre hay que quitarle, si no que por el contrario algunas veces hay que darle.

Moviéndose como nunca lo hubiese imaginado, intentaba zafar se de lo que lo sostenía con una rudeza importante, hasta que en un momento, le quitaron el anzuelo. Sintió alivio, y lo devolvieron al agua. Tardó más que un rato en volver a recuperar sus fuerzas, pero pronto siguió su camino a favor de la corriente como lo había planeado. Pero a partir de ese momento, sólo comería las algas que le parecieran familiares. Había aprendido que no todos los seres humanos eran como decían y que no solo se pescaba con redes…

Cuando volvían no hubo mucha charla, tampoco chistes ni mates. Sólo volvían los dos sonrientes tanto por fuera como por dentro. Probablemente nadie creería que habían sacado del río un salmón, y menos que lo había devuelto.

FIN.


Gerardo Giri.